En los tiempos actuales, la figura del agile coach se ha convertido en un importante factor de éxito para las empresas. La situación actual exige una permanente capacidad de afrontar los desafíos y, para ello, es fundamental actuar con la agilidad adecuada, decidir de forma inmediata y ser lo suficientemente flexibles para adaptarse a un entorno siempre cambiante.

Los gurús del desarrollo empresarial hablan de la necesidad de apostar por una metodología siempre ágil y, en este contexto, este perfil profesional se presenta como uno de los más importantes en la estructura empresarial actual. ¿Quieres saber más al respecto? ¡Te lo contamos!

Funciones de un agile coach

Las metodologías ágiles constituyen verdaderas cajas de herramientas con las que los equipos y las organizaciones pueden enfrentarse a cada uno de sus retos con mayores garantías de éxito. El agile coach es la persona encargada de mantener a punto esas herramientas y ofrecerlas a los compañeros cómo, dónde y cuándo las precisan.

¿Te gustaría conocer cuáles son las funciones operativas con las que conviven estos profesionales? Toma nota:

1.  Ayudar a las personas a progresar.
2. Propiciar que los equipos se cohesionen y actúen mejor ante los desafíos.
3. Reforzar la colaboración entre los miembros de cada equipo.
4. Alentar hacia la disciplina múltiple.
5. Mostrar las evoluciones de cada profesión.
6. Responder o ayudar a encontrar las respuestas de preguntas claves, como:
   • ¿Por qué es necesario hacer esto?
   • ¿Por qué es preciso hacerlo de esta manera y no de otra?
   • ¿Qué soluciones alternativas podríamos aplicar a este problema?
7. Confiar en sus compañeros de equipo y colaborar con ellos hasta encontrar la solución o la forma de actuar ante el desafío, para superar los obstáculos.

En definitiva, su función es implementar la agilidad de forma práctica y, también, cultural en la organización. Para conseguir este objetivo, promueve la autoorganización, la autonomía y la responsabilidad de los equipos y de sus miembros en cada proyecto.

¿Qué aporta un agile coach a una empresa?

Fundamentalmente, su presencia actúa como guía y como catalizador del trabajo en equipo efectivo. Transformar una empresa en ágil exige mentalización, cultura, confianza y cambios en los procedimientos.

Solo quien posee una visión global y la formación adecuada tiene claro cómo ser un buen agile coach. Su papel más decisivo es identificar los problemas e informar a los distintos grupos sobre su existencia, para que estos puedan establecer cuanto antes la estrategia con la que resolverlos.

Si te preguntas qué le aporta a tu empresa este perfil, o si quieres ser un profesional de este tipo, recuerda cuál es su principal virtud: la capacidad de transformar equipos para mejorar su rendimiento, con independencia de los contextos y las circunstancias.

En definitiva, dinamiza la productividad, la eficacia, la eficiencia y la capacidad de reacción de la organización para la que trabaja.

¿Cómo ser un buen agile coach?

No resulta sencillo estar en todo y para todos, estimulando en cada momento lo mejor de los demás y sus habilidades individuales y colectivas para solucionar problemas. Fíjate bien en los distintos roles que desempeñan estos profesionales:

• Mentor. Acompaña a su equipo, comparte sus ideas y sus visiones, se relaciona personal y globalmente con sus miembros.
  A través de las tutorías, impulsa la mejora continua y estimula la adopción de más y mejores decisiones.
• Formador. Enseña y ayuda a desarrollar las competencias y la agilidad requeridas.
  Junto a conceptos y datos específicos, transmite también las metodologías ágiles necesarias.
• Facilitador. Incentiva, ayuda y favorece la exploración, la búsqueda y la localización de soluciones innovadoras.
  Una de sus habilidades esenciales es generar el clima apropiado.
• Consultor. Escucha, define y marca el camino.
  Es capaz de impulsar tanto el movimiento como el cambio.

Principales competencias que debe poseer un agile coach

¿Qué cualidades definen tu perfil como un buen profesional de esta clase? Si posees un buen número de estas, tal vez te convenga considerar la posibilidad de dedicarte a impulsar la agilidad en las empresas:

• Gran capacidad para interpretar la realidad mediante la observación.
• Curiosidad máxima y predisposición a preguntar para saber.
• Vocación humanista: te interesa más la gente que los productos.
• Confianza en las personas.
• Tendencia a la acción, la reacción y la cohesión con los equipos.
• Búsqueda de la excelencia personal y colectiva.
• Valentía, sin miedo a equivocarte.
• Buen desenvolvimiento entre la incertidumbre, el caos y el desequilibrio.

Los profesionales del agile coach suelen estudiar un MBA y campos que tienen que ver con este ámbito. Sobre todo, se preparan en materias relacionadas con el coaching (liderazgo, visión, inteligencia emocional, saber escuchar, negociación, dinamización de grupos, inteligencia social, etc.). Además, trabajan y dominan las diferentes metodologías ágiles y su escalado.

Definitivamente, la profesión de agile coach es una opción apasionante, motivadora y con una gran demanda en la que, muy posiblemente, te sentirás realizado. ¿Te animas a intentarlo?

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